Lo frágil de la vida
A través del tiempo y la evolución cinemática, los productores de cine han logrado enfocar sus películas u obras hacia la apreciación de la fragilidad de la vida y el significativo entorno que nos rodea. La fragilidad de la vida va atada por muchas sogas que se extienden y amarran entre sí a la religión y a la realización de rituales, muchos han sido ridiculizados o de igual manera, muchos de los espectadores hemos podido mostrar respeto y cierta imagen y sentimiento de espiritualidad. Hablo de ridiculizar ya que, en conjunto con la ciencia hemos dejado de darle valor a “dioses” que en algún momento nuestra sociedad les vio como todo lo que iba por encima del ser humano. Soy creyente, soy católica. Varios protocolos en mi iglesia, aunque reservan un poco la realidad de los rituales intensos, siguen provocando incomodidad en mí. Pero, saltando a un nenúfar completamente distinto, la arquitectura de los templos es majestuosa y puedo sumergirme en ella y cambiar la manera en que manifiesto mi espiritualidad. La naturaleza y la arquitectura son dos mundos paralelos. Distintas personas que han sido parte de esta sociedad en años muy anteriores han construido grandes relaciones, relaciones entre la naturaleza, arquitectura y religión.
Me gustaría dar énfasis entre la naturaleza y la arquitectura, van de la mano. Durante la película y en una parte muy peculiar en la que mostraban imágenes de maravillas del mundo pensé: el mar tiene ventanas y hay ventanas que dan al mar. La ventana al mar y la ventana del mar. Cada elemento que forma parte de la arquitectura, y hablo de la arquitectura porque esta reflexión quiero dirigirla a las distintas “arquitecturas” que metafóricamente puedo proponer, cada elemento es directo un elemento de la naturaleza, en algún rincón de este mundo sin intervención humana, está eso que ahora construimos con nuestras manos y creemos crear desde cero con nuestras mentes. Todo lo que he absorbido de esta producción que más que todo, es simbólica, ha sido mi capacidad de interpretar que nos demuestra la fragilidad de la vida en combinación con lo que hemos hecho para desviarnos y prolongar la seguridad. La apreciación del mundo que tenemos es el principio de la consciencia en cuanto a la fragilidad del ser humano. El surrealismo se ha vuelto un sentimiento en cuanto a la observación de lo que compone un paisaje y lo que nos lleva a la creación y desarrollo de un proyecto arquitectónico. Todo nace en la naturaleza y sentir que puedo ver paisajes y conjunto de personas en sociedad y opinar que se siente surrealista, es evidencia clara.
La película también me propone pensar en la evolución de las culturas y cómo estas se han ido viendo afectadas por el impacto de la industrialización. La música elegida para acompañar la película fue clave para mi sensibilidad a la hora de pensar en la industrialización y cómo nos sigue afectando. Los efectos alarmantes de la industrialización parten de la disociación de la mente con el entorno. La disociación se debe a la obligación de crear una burbuja que nos separa de lo que tenemos naturalmente o que hemos podido construir junto con las responsabilidades que creamos por encima de esto, para ser más específica, como si fuera una tensión superficial que nos separa y aleja de lo que tenemos profundamente: la interacción humana y la interacción humano-mundo.
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