Organismos y autoportantes
La arquitectura que habitamos es un ente con vida propia. Antonio Gaudí entendía los edificios y su estructura como organismos vivos. Luego, viendo el video asignado para la clase en el cual se habla acerca de la vida efímera de los edificios, me abre el intelecto y la apreciación de lo que me rodea, todo es efímero. Al conectar, me transporta a una serie de pensamientos que he mencionado anteriormente sobre el espacio y la arquitectura como una víctima más del tiempo. Cuando hablamos de Mies Van der Rohe no hablamos de minimalismo, hablamos
de una ornamentación planificada pero difícil de encontrar. Su utilización de acero o vidrio y la utilización de líneas limpias, además de la utilización de cada uno de los metros de espacio cuadrado que él utiliza para su diseño, y para proporcionar el espacio que se va a utilizar y no solo habitar. Los espacios utilizados con sabiduría son espacios que reflejan aún más viveza y pureza. Gaudí viendo sus edificios como organismos vivos y Mies organizando los órganos para crear el organismo que Gaudí ve. También para habitar y que las personas conecten mientras interactúan. El hecho de que Mies le permita al material decorar su diseño, ornamentarlo, es fabuloso. Gaudí le ponía sentimiento y le proponía una relación entre arte y naturaleza. Mies era anti-neoclásico y podría ser una razón por la cual en el presente aún conectamos con sus diseños y tratamos de emular lo que él logró transmitir a través de estos diseños y que ahora llamamos: minimalismo.
La Sagrada Familia es un diseño que permite colocarte a ti mismo como protagonista de una pintura surreal con Gaudí como autor en todo momento. La ausencia de un orden tradicional y la introducción de un orden extraordinario que redirige la mirada a cada uno de los ornamentos y detalles, provoca una imagen clara de la divinidad y se centra el simbolismo de la estrucutra para llegar al concepto religioso que conlleva. Dentro de la perfección que podemos contemplar existe una combinación de imperfecciones no tan visibles. Las columnas reclinadas son un ejemplo de combinación de varias que crean una ilusión óptica que nos provoca un sentimiento de perfección misterioso. La Sagrada Familia es una catedral que rompe esquemas arquitectónicos, por su altura, por su vibra, suena en mí una canción típica de catedrales así, oscuras y exageradas. Diseños también como la Casa Batlló, que no fue destruida anteriormente, fue renovada por la magia de Gaudí. Ese diseño también aparenta haber sido inspirado en cuentos de hadas… pero, así es la esencia de Gaudí. Se inspira en naturaleza, o mejor dicho en naturaleza fantasiosa como el tejido que aparrenta espalda de dragón. Utiliza materiales como la cerámica, es una capacidad impresionante la utilización de estos materiales en estructuras de edificios, inspira y emociona. Gaudí desafía los estilos planteados a través de épocas y redirige la mirada de lo simplemente gótico, dándonos algo sin precedentes. Aún en el presente nos impresiona pero, es difícil de imitar.
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Mies van der Rohe es otro arquitecto que ha logrado desafiar y ha alcanzado lo que quiere con éxito. Ha expuesto su deseo antineoclásico de crear arquitectura con propósitos intrínsecos. El Pabellón de Barcelona diseñado por van der Rohe tuvo una vida efímera, ya que fue un espacio de representación para Alemania durante la Exposición Internacional de Barcelona, lo cual fue temporal porque luego lo desmontaron cuando culminó la exposición. Aunque más tarde, en 1986, fue reconstruido por unos arquitectos que estudiaron las fotografías y planos para poder lograr lo que hoy día podemos visitar. Imagino que fue tremenda experiencia para estos arquitectos tomar en sus manos un proyecto tan importante y del talentoso Mies van de Rohe. Los diseños de Mies son diseños planificados para jugar con el espacio y las necesidades que abastecerán las estructuras. Eso es algo que transmite por su poca ornamentación y su doble utilización de materiales. Él tiene una famosa frase filosófica arquitectónica que dice: “menos es más”. Él es reflejo de su propia frase, los diseños son puros con líneas limpiar y con eliminación de ornamentación innecesarias. Los largos vidrios permiten la entrada de luz natural y eso crea una relación directa con la simplicidad de la naturaleza.
Tanto Antoni Gaudí como Mies van der Rohe representan dos enfoques opuestos pero complementarios de la arquitectura, ambos trascendentales y con una profundidad que sigue impactando en el presente. Gaudí nos invita a ver la arquitectura como un organismo vivo, donde cada estructura respira arte, naturaleza y emoción. Sus diseños son un diálogo constante entre lo terrenal y lo extraordinario, entre la imaginación desbordante y la espiritualidad latente. Por otro lado, Mies van der Rohe adopta la esencia de la funcionalidad pura, eliminando todo lo superfluo para dar protagonismo a los materiales y al espacio en sí mismo. Su filosofía de “menos es más” logra, paradójicamente, que lo esencial adquiera una ornamentación implícita, natural y elegante.
Ambos arquitectos, con sus estilos aparentemente contradictorios, logran el mismo objetivo: transformar la experiencia humana dentro del espacio arquitectónico. Gaudí, con su naturaleza fantástica, y Mies, con su racionalidad estructural, nos invitan a reflexionar sobre la relación entre el ser humano, el entorno y el tiempo. Cada uno, a su manera, demuestra que la arquitectura no es solo construcción, sino un arte vivo que conecta a las personas con su entorno y les permite experimentar lo efímero y lo eterno al mismo tiempo.
Bibliografía:
ArchDaily. (2011). Pabellón de Barcelona / Mies van der Rohe. En ArchDaily. Recuperado de https://www.archdaily.mx
Fundación de la Sagrada Familia. (n.d.). La arquitectura de Gaudí. Fundación de la Sagrada Familia. Recuperado de https://sagradafamilia.org/es
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