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Reflexiones

Somos un líquido

     A los diez años, solía dibujar pequeñas casas con techos de paja, cada detalle cuidadosamente pensado para representar lo que consideraba mi hogar ideal. Mi imaginación se volcaba en la creación de un espacio íntimo, con un cuarto para mí, una cocina con una gran lámpara que proyectaba calidez, y unas escaleras que subían desde un pequeño rincón de la casa. Para mí, ese diseño representaba no solo la estructura física de una casa, sino también una especie de refugio emocional, un lugar donde todo estaba en su sitio. En aquel momento vivía en una casa extremadamente pequeña, con solo dos cuartos, que compartía con mis cuatro hermanas. A pesar de lo limitado del espacio, ese lugar era mi mundo y lo llenaba con mis sueños y recuerdos. Recuerdo el día en que nos mudamos, cuando dejé una parte de mí misma entre aquellas cuatro esquinas que contenían las paredes anaranjadas que habían sido testigos de mi infancia. El sistema espacial de la arquitectura se transforma en algo más que pare

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